Entrada # 12
¡Bienvenidos a la duodécima entrada de estos Cinco Meses en el Parlamento Europeo!
Hace un par de semanas dijimos que, con frecuencia, el centro de Bruselas es una trampa y que el colectivo tarda casi media hora para hacer diez cuadras. Esta semana no solo no se verificaron tales demoras, sino que el 12 y yo coincidimos. Pocas sensaciones tan agradables como llegar a la parada del bondi y verlo que dobla, triunfal.
El Parlamento, en todo su esplendor primaveral:
Entre martes y miércoles tuvimos reunión de grupo y de working units, y yo ocupé un lugar designado a mi comisión.
El martes ocurrió una cosa interesante: hubo cierto intercambio acerca de la posibilidad de votar remoto, porque todavía las personas se contagian y el Covid19 las deja unos días en la casa. Un MEP pidió la palabra y dijo que el grupo debía garantizar el voto también a las mujeres que por cualquier motivo no pudieran venir, aludiendo a embarazos y días del ciclo. Algunos respondieron, entre ellos una MEP, expresando cierta disconformidad con la propuesta. Me interesa mucho cómo el grupo se pone de acuerdo y hace síntesis de posiciones distintas.
Si bien algunas propuestas consiguen un apoyo inmediato ("Grupo, necesito mandato para llevar adelante X tema"), otros puntos generan un poco de contraste, como vimos. El miércoles a la mañana también hubo algo de eso, un MEP que a la vez es rapporteur ("ponente") de un dossier expresó la línea que quería, dos MEPs dijeron por qué eso era incorrecto. Yo creía que la línea del ponente no iba a pasar, pero luego otra MEP dijo que el ponente tenía razón, y que además era nuestro y que el dossier era de Renew, y que entonces teníamos que seguir una dirección – y que igualmente el ponente tenía razón. Se armó un lindo debate.
(al final pasó la línea del ponente)
En el Spinelli también está la cantina, donde almuerzo todos los días. Pero también está este pasillo con varios negocios: una pequeña librería que vende revistas y chocolatines, una tintorería, una peluquería, un Delhaize express (un supermercado), algunas salas exclusivas para los MEPs. El techo es de vidrio y, más allá del filtro que le pongo a las fotos, la luz es muy bonita:
El martes, mi compañero Matteo presentó su libro en Piola, la librería italiana de Bruselas. El libro es una novela en la que narra la historia de su abuela en tiempos de la Segunda Guerra, en Toscana. Había mucha gente y si bien no pude quedarme hasta el final, el evento salió muy bien, con la presencia de algunos MEPs y varios amigos en común, y Matteo vendió varios ejemplares. Bravo, Matt!
El miércoles volví a ver a mi querida amiga Annachiara, que por trabajo (digamos) vino a Bruselas y visitó el Parlamento. Anita es ítalo-argentina, aunque solo le falta el pasaporte azul. No nos veíamos desde antes de la pandemia. Tiene un background similar al mío, me contó acerca de lo que está haciendo en Roma y sus nuevas ideas. La exhorté a que continuara sobre lo que tiene en mente, y la felicité porque creo que Roma, que es muy bonita con el Coliseo y la carbonara, también es una especie de arena movediza que puede "tragar" a las personas, generando cierto pantano profesional en el que nos conformamos con un sueldito y el contrato permanente. La gente se saca los ojos por un contrato permanente, no importa si después es feliz: el contrato permanente es el objetivo. Anita no le da mucha bola a este mandato y, no obstante cumpla con todos los requisitos para achancharse, tiene ideas para arriesgar, para perder – y para ganar. Avanti, Anita!
El mismo día hubo una nueva iniciativa en la campaña de las legislativas en Francia. Francia tiene un sistema que la academia llama "semi-presidencialista", que es un poco particular: los ciudadanos votan al Presidente de la República, que es el Jefe del Estado (al igual que en Argentina).
El Presidente de la República nombra a un Jefe del Gobierno, que es el Primer Ministro (en Argentina, si bien el Jefe de Gabinete es una espeeeecie de Primer Ministro –muy atenuado–, es el Presidente quien cubre ambos roles). Luego de unas semanas, están las elecciones legislativas y se vota para la Asamblea, equivalente a nuestra Cámara de Diputados. En Francia se renueva completamente, pero en Argentina en cada elección legislativa se renueva una parte de ambas cámaras.
Otra particularidad es que los franceses en el exterior, como los italianos y otros pocos países, tienen representatividad, es decir que hay diputados franceses que representan los territorios del mundo. A diferencia de Italia, Francia fracciona el continente europeo en varias circunscripciones, y cada partido lleva un solo candidato. Una de estas circunscripciones es Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo), y el candidato de Macron es un diputado que se llama Anglade, que últimamente se la pasa arriba de un tren, desde Groningen hasta Luxemburgo, haciendo reuniones y encuentros con los franceses.
El mismo día hubo una nueva iniciativa en la campaña de las legislativas en Francia. Francia tiene un sistema que la academia llama "semi-presidencialista", que es un poco particular: los ciudadanos votan al Presidente de la República, que es el Jefe del Estado (al igual que en Argentina).
El Presidente de la República nombra a un Jefe del Gobierno, que es el Primer Ministro (en Argentina, si bien el Jefe de Gabinete es una espeeeecie de Primer Ministro –muy atenuado–, es el Presidente quien cubre ambos roles). Luego de unas semanas, están las elecciones legislativas y se vota para la Asamblea, equivalente a nuestra Cámara de Diputados. En Francia se renueva completamente, pero en Argentina en cada elección legislativa se renueva una parte de ambas cámaras.
Otra particularidad es que los franceses en el exterior, como los italianos y otros pocos países, tienen representatividad, es decir que hay diputados franceses que representan los territorios del mundo. A diferencia de Italia, Francia fracciona el continente europeo en varias circunscripciones, y cada partido lleva un solo candidato. Una de estas circunscripciones es Benelux (Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo), y el candidato de Macron es un diputado que se llama Anglade, que últimamente se la pasa arriba de un tren, desde Groningen hasta Luxemburgo, haciendo reuniones y encuentros con los franceses.
Esta vez, también estuvo Stephane Séjourné, el Presidente de Renew Europe. Hubo discursos y luego nos quedamos hablando entre varios, entre ellos con el tano Leonardo, el francés Remi, la joven Julia y mi amigo Julien, con el que estudié en Amsterdam. Y algunos más.
El jueves me hice un poco el lindo en el ascensor,
después estuve en el centro y luego me fui directamente a casa. Pero desde el 12 pude apreciar lo que ocurre y que ustedes ya saben:
El viernes fue "long Friday", como cada viernes anterior a la sesión en Estrasburgo. Encontré estas curiosas mesas al lado del café del tercer piso, con personas jugando al ajedrez. Una especie de flash-mob de alfiles y caballos.
Más tarde, mi compañera Eva y yo dejamos de posponer nuestro plan y lo hicimos: fuimos al doceavo piso, la dimensión desconocida. Es la parte más alta del Parlamento, donde hay un bar y una super vista. En esta foto (que saqué de Cvce.eu) ven la explanada, que es la parte redonda, el ingreso al Altiero Spinelli, el pasillo y detrás el Paul-Henri Spaak con la cúpula redondeada.
Allí fuimos Eva y yo el viernes a la tarde. Hay una vista espectacular de toda la ciudad.
Y así se ve por dentro:
Nuestro habitual bonus-track, qué comí esta semana: esta tortilla de verduras con semillas y ensalada, unos bifecitos de cerdo con arvejas y papas y salsa de noséqué.
Y prepárenese, que la semana que viene vamos a... Estrasburgo.
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