Entrada # 14

¡Bienvenidos a la decimocuarta entrada de estos cinco meses en el Parlamento europeo!

Falta un mes para que termine mi pasantía. Del grupo de pasantes, aproximadamente la mitad o quizás alguno menos está buscando la manera de quedarse en el Parlamento, por ejemplo haciendo una nueva pasantía en la oficina de un MEP – o, lo que es mejor, como APA, es decir asistente parlamentario. Si bien no es habitual que se pase de pasante del grupo a APA, porque por lo general antes de eso se estila hacer una pasantía como APA, tampoco es imposible. Total, que somos un grupo bastante unido y con un verdadero sentido de equipo, no obstante por momentos no es difícil notar que prevalece el interés individual:

– ¿Así que vas a tomar un café con un MEP? ¿De qué país es?
• Mejor no digo nada, que trae mala suerte

(mentira, mejor no dice nada porque si el MEP va a tomar el café con un pasante, puede que necesite a alguien, y esa información acaso es clave para permanecer en el Parlamento. El Parlamento se transforma en una especie de fuerte del que es mejor no salir, porque una vez afuera no es tan fácil volver a entrar)

En otro orden de cosas, llegó el verano a Bruselas. El fin de semana tuvimos una ola de calor, con temperaturas de hasta 36 ºC. El cielo resplandece y hay luz natural hasta las diez de la noche. Esto es lo que vemos al salir del Parlamento, con la explanada Simone Veil (detrás de la Station Europe, que es la casita del medio, está Plux):


Este es el Box, el estudio de TV en la intersección de los dos pasillos principales del tercer piso, muy cerca del corredor con las cámaras y de la galería de retratos de los Presidentes del EP que ya vimos en otras entradas. Esta foto fue sacada a última hora, cuando ya no había nadie. Pero por lo general, acá hay periodistas que reportan o entrevistan a MEPs y otros personajes:


Esta semana aproveché el buen tiempo y caminé bastante. Pasé por Place Schuman, una rotonda frente a la Comisión Europea (sobre la derecha) y otras instituciones, como el Consejo de la UE y el EEAS (Servicio Europeo de Acción Exterior, similar a un Ministerio de Exteriores de la UE):


También me hice el lindo in extremis. Mi compañero Lasse, danés, que hace la pasantía en la unidad de Comunicación, nos invitó al estudio para sacarnos fotos profesionales. Yo no estaba preparado y no pensaba fotografiarme, pero si bien mi foto no es exactamente de catálogo, creo que no está tan mal.

Takk, Lasse!


El martes hubo un nuevo encuentro en la campaña de Anglade, para las legislativas francesas de hoy, domingo. Hubo bastante gente y luego del candidato habló Bernard Guetta, un eurodiputado francés que dio una verdadera clase de geopolítica. Fue la tercera reunión de la campaña en este lugar, yo fui a todas y se creó una especie de micro-comunidad entre varios de los asistentes. En cada uno de estos eventos conocí gente interesante. ¡Y Anglade fue reelecto, así que felicitaciones al grupo y éxitos en la nueva etapa!



Y sí. Volví. El jueves volví a Plux con varios de mis compañeros. John Cockerill, como ustedes saben, era un productor inglés que en los primeros años del siglo XIX trajo la industria a Bélgica, al comienzo produciendo lana, luego acero y motores a vapor. Actualmente, el John Cockerill Group trabaja en defensa, transporte, infraestructuras y energías renovables. Hay una estatua de Cockerill en Plux. Nosotros compramos cerveza, Pringles y hummus en el supermercado y nos hicimos un aperitivo estivo junto a la estatua del buen Cockerill. Había mucha gente, por algún motivo tengo la sensación de que ninguno de ellos sabía quién era Cockerill ni de qué se ocupa la empresa actualmente. Esta es la Station Europe desde el otro lado respecto de la primera foto de la entrada:


Esto también es Bruselas:


El viernes, que fue día corto en el Parlamento, pasé la tardecita con mis compañeros Diane y Dimitrios, y consortes. Estuvimos en el famoso Parc du Cinquantenaire, con la bellísima Porte de Namur y sus tres arcadas de principios del Novecientos:


El sábado fue 18 de junio, y fue el 207º aniversario de la Batalla de Waterloo, en la que Napoleón fue derrotado por las fuerzas aliadas comandadas por el Duque de Wellington. El campo de batalla está en las afueras de Waterloo, en un pueblo que se llama Braine-l'Alleud y queda a unos 45' de Bruselas. Me tomé el colectivo W para ir al lugar y visitar el Memorial, un interesantísimo museo sobre la batalla. Me llamó la atención que no se pudiera pagar con tarjeta, pero sí en efectivo: el colectivero cobraba mientras iba manejando. Recordé cuando iba al jardín y mis viejos me llevaban en el 64, con el chofer dando el vuelto con las manos al volante. Rarísimo, en 2022 en Europa:



Al bajar del colectivo hay que cruzar un puente, sobre una autopista:



Y se llega al campo de batalla. La pirámide del León es artificial, posterior a Waterloo, desde la que se ve todo el campo.


Acá estamos, luego de los 226 escalones:



Actualmente, el campo está sembrado. Hace poco más de dos siglos, en este espacio hubo doscientos mil hombres que durante casi diez horas dispararon cañonazos, clavaron bayonetas, cayeron de caballos, atacaron y se defendieron como podían. La victoria de Wellington no estuvo descontada sino al final. ¿Qué habría pasado si la sucesión de circunstancias fortuitas le hubieran dado la victoria al Emperador?

Qué apasionante estar en esos lugares donde pasó la Historia.


En el museo había un corto de la batalla en 3D:


Hougoumont, el château clave en la batalla, que los franceses no pudieron penetrar.
La defensa de las tropas de Wellington fue casi milagrosa:


Si te interesa el tema, te recomiendo este excelente documental de Waterloo.

Cada 18 de junio, un grupo de personas hace una reconstrucción histórica. No son doscientos mil, sino dos mil hombres, que vestidos con réplicas de los uniformes, recrean la batalla. Una linda iniciativa junto al Memorial/Museo.



Porque el lugar de la guerra es los museos.

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